Tráfico de tareas y 13 razones para hacerlas sin pagar

5.28.2020

Tareas en casa


Hiperconectividad, exceso de tecnología y una aparente vida fácil vendida por las redes sociales resultan ser el traumatismo por el que estudiantes y algunos profesionales rechacen las tareas.

Puede ser que exista un tipo de alergia a comprometerse con la entrega de una tarea a estudiar o que esos deberes sean inútiles como algunos piensan. El hecho es que con o sin tareas, es frecuente no ver resultados.

Hoy revisaremos temas que se han visto por separado respecto a hacer tareas pero que pueden ser la suma de varios problemas escolares y a largo plazo profesionales.





    Tráfico de tareas.

    No digas que no tienes tiempo suficiente. Tienes exactamente el mismo número de horas por día que tuvieron Helen Keller, Pasteur, Miguel Ángel, Madre Teresa, Leonardo da Vinci, Thomas Jefferson, and Albert Einstein. Jackson Brown Jr. ~ Escritor

    Independiente de problemas de aprendizaje, enfermedad o situaciones adversas que puedan presentarse en estudiantes, vamos a hablar del estudiante promedio, el que si puede hacer tareas, sin problema.

    El año pasado en Shark Tank México, (un show de inversión en propuestas de negocio) se presentó una joven con su negocio llamado Homework Dealer, algo así como el negociante o comerciante de tareas.

    Los inversionistas, obviamente, no apostaron por su proyecto, porque ética y moralmente, no está bien. Y es cierto.

    La empresa abiertamente dice dedicarse a hacer tareas, con una calidad del 100%, con precios así

    En pesos mexicanos: 200MXN hasta los 10.000MXN.
    En pesos colombianos: 30.000COP a unos 1.600.000COP y
    En dólares serían de 9,00USD a 440USD

    Con unas ganancias de medio millón de pesos mexicanos, unos 83.000.000COP, o sea, 21.000USD apróximadamente.

    Parece que el negocio de tareas, sí que es rentable.

    Pero este no es el único caso, existen empresas como Tareas en Línea, también en México y otro más sofisticado Pay me to do your homework para universitarios profesionales y empresarios y aquí en Colombia otro tanto. El mandar a hacer tareas ya hace varios años.

    Ahora, la pregunta real no es si el negocio es ético o no o si es rentable, una empresa no prosperaría, si no hay demanda que la sostenga.

    La pregunta es ¿por qué no quieren hacer tareas los estudiantes directamente? o ¿están fallando los profesores al dejar tareas que aburren?

    En mi experiencia, he hecho tareas para algunos de mis clientes, lo admito. Pero nunca he pagado para que me hagan tareas, no me gusta, desconfío.

    Y francamente, me aburre el tema y dejo de hacerlo, porque, no solo, no hacen la tarea, sino que ni siquiera leen el trabajo hecho y encima reclaman por los detalles que no dieron o por cosas que el profesor no pidió, pero que necesitaba y adivinos no somos. Sin contar las objeciones por el precio.

    Entre las excusas con las que insisten y justifican el pagar por una tarea, he escuchado de todo: no tengo tiempo, es que trabajo y no alcanzo a cumplir, es que no me gusta escribir, no entiendo, soy muy bruto. Y las que no dicen pero los delatan, el paseo con la familia, la rumba del viernes, el concierto y la más común de todas, la pereza de leer y estudiar.

    He visto en asesorías, que el mayor problema, para que respondan con una tarea, es la poca o nula lectura de parte de los estudiantes y un fastidio por investigar y querer aprender, que entristece. “Tú sabes, si está en YouTube para qué esforzarse, si ya está hecho”. Así me dijo uno de mis asesorados, alguna vez.

    A lo que yo contesto: ¿Si no quieres estudiar, por qué gastar el dinero y tiempo en ello? Inversión tan desperdiciada.

    No hay tiempo para leer, pero hay tiempo para redes sociales, videos de entretenimiento y la consola de juegos. Es como si buscaran un permanente escape de la vida y a la responsabilidad.

    Volviendo a los traficantes, ven el lucro, pero no lo perjudicial de hacer tareas, a largo plazo. Si un estudiante de ingeniería civil, por ejemplo, encarga una tarea de cálculo, después no nos quejemos de los túneles que se inundan o los puentes que se caen.

    Tampoco nos podremos quejar entonces de los políticos corruptos que compraron sus tesis, o del vestido mal confeccionado. Muchos ejemplos así, porque créanlo o no, no les gustaba hacer tareas.

    En 2017, ese tráfico empezó a ser un problema serio en México, por lo que la Secretaría de Educación Pública, interpuso una denuncia por derechos de autor, a ver si así frenan el problema. La excusa de esos “empresarios” es que hay una falla en el sistema y que ellos ayudan a que sus estudiantes hagan lo que aman. En otras palabras haz lo que quieras y no lo que debes.

    No se sabe qué es más grave, que haya estudiantes que pagan por tareas o padres que consienten el delito, con la excusa, de nuevo, de no tener tiempo porque hay que trabajar, para que el niño estudie, pero el niño no estudia porque prefiere pagar para que le hagan sus tareas y no se estrese.

    Por otro lado, la tarea del docente, ¿de cuándo acá reemplaza la de papá y mamá? Si en casa el esfuerzo y la honestidad no son valores, para evitar que se pague por los deberes, ¿qué podrán esperar de sus hijos?

    Vale la pena también preguntarse ¿Será que el docente debe crear una estrategia para que no le metan gato por liebre, para evaluar realmente el aprendizaje de sus alumnos?

    Tareas y generación blandita

    Hay que trabajar en la tolerancia a la frustración y la educación del carácter, entendiendo ésta como el conjunto de habilidades, la persistencia ante las dificultades, la capacidad de trabajo con otros, así como la capacidad de sobreponerse ante el fracaso (resiliencia). Dra. Marta Lacabex ~ Psicóloga infanto-juvenil

    En internet, pulula contenido elogiando la maravillosa labor de la educación en Finlandia, su efectividad, porque no dejan tareas, las jornadas de estudio son cortas, lo bien que los chicos se llevan con sus maestros, pero de nuevo la visión es limitada.
    • Resulta que el nivel de lectura en Finlandia es cercano al 75% de su población, eso refuerza el aprendizaje, aunque no haya tareas.
    • El nivel profesional de los docentes es altísimo en Finlandia, hasta 2 o 3 maestrías para poder educar en una escuela primaria y preparados para ello, parece ser más sencillo que tengan el respeto de sus alumnos.
    Si se quieren abolir las tareas aquí en América Latina, ¿con qué manzanas?, por favor, no hay lectura que respalde y las condiciones laborales de los docentes, son tan difíciles, que si no se endeudan hasta la coronilla no pueden acceder a esa preparación continua.

    Finlandia nos enseña que la lectura es valiosa, el juego es importante, pero no hablan de las consecuencias en los futuros adultos, frente a la responsabilidad; no todo son cifras millonarias y positivas, cuando el drama social es evidente en términos de suicidio, depresión o alcoholismo.

    Además este modelo se está desvirtuando por investigaciones de Gabriel Heller, Director de Investigación en el Centro para el Estudio de la Reforma del Mercado de la Educación.

    Él explica que los primeros buenos resultados, fueron consecuencia de la educación tradicional, jornadas de estudio largas, tareas en casa y exámenes. Pero el modelo dejó de funcionar desde 2009 y los resultados mágicos, han caído progresivamente, como lo explica en su libro “las reales lecciones finlandesas”.

    Los maestros de esos niños fueron educados en el sistema tradicional, al cambiarlo, los niños sin tareas ni responsabilidades dejaron de dar resultados, y sus excelentes docentes siguieron preparándose.

    Otro extremo lo tenemos en Japón y China, donde la educación que empieza a los 3 o 4 años, se vuelve para muchos niños una tortura, por la exigencia de excelencia continua, poco juego y mucha presión.

    Cuando incluyeron una mejora que llamaron “educación relajada” menos días de estudio, para que se tranquilizaran mentalmente y lograran cultivar sus ideas, en el 2011 su rendimiento se desplomó, así que tuvieron que replantearlo.

    Ambos son extremos por dos razones:

    1. El que haya juego es importante, pero no todo puede ser juego, las tareas y el deber ir a la escuela, implica desarrollar responsabilidad, para la vida futura.
    2. Presionar para que alguien de el 100% de su capacidad, no es algo realista, nadie puede hacerlo, porque todos tenemos limitaciones que necesitamos para convivir con otros.

    El tercer extremo es la llamada generación blandita, como llaman a los niños de padres que quieren que a sus hijos no les falte lo que ellos no tuvieron. ¿Qué clase de niños se forman cuando no hay una que otra carencia?

    Pues bien, educar niños blanditos, a los que no les falte nada, que pobrecitos, por ese montón de tareas que les dejan, que no pueden descansar, que tanta presión. Da como resultado adultos hipersensibles, facilistas e irresponsables.

    Papás ¿Acaso esa presión, no hizo que avanzaran como empleado o empresario, con gusto o no con lo que se hacía?

    Papás, si tienen dinero, no es pagar para evitarles estrés a sus hijitos, resulta que hay un estrés que los lleva a la creatividad, sin esa tensión, no podrían funcionar, cuando deban asumir un puesto de trabajo o quieran emprender.

    Sin tareas, más libertad y más… depresión.


    Por un lado, parece que las jerarquías se desdibujan: ahora los padres quieren ser «amigos» de los hijos, no golpearlos o sancionarlos cuando es necesario; y, por otra parte, los hijos se convencen de que siempre contarán con la disponibilidad y los recursos de aquellos, para que les resuelvan todo –o casi todo-. Cony Zamora ~ Psicóloga UNAM

    Retomando el caso finlandés, nos encontramos que hoy Finlandia uno de los países con mayor nivel de suicidios, alcoholismo y uso de antidepresivos en Europa.

    Tienen un nivel de vida altísimo, y parece que por eso lo llaman el líder mundial de la felicidad, riqueza que no los satisface emocionalmente. El tener, no siempre es vida, lo escuchamos en el audio anterior.

    Entonces, uno se pregunta qué le espera a esa generación blandita que fue educada sin tareas a principios de la década de 2000 y que hoy parte de ellos ya son adultos.

    En el diario El Confidencial, uno de sus artículos señaló que la población que está en riesgo de suicidio son los niños y adolescentes.

    Podemos inferir entonces, que muchos de esos niños educados sin presiones, entre juegos, cuando se ven enfrentados al mundo real de los negocios, el empleo, el cumplimiento de un horario e inevitablemente, la entrega de tareas, entrán en conflicto y por su cabeza empiezan a rondar ideas suicidas y otro tipo de escape.

    La psicología dice que cuando una persona se enfrenta a una depresión, en lo posible debe mantenerse ocupada, su mente debe estar trabajando en algo fuera del detonante o situación que lo deprime.

    Sin tareas no hay cómo llenar ese vacío, mientras estudiamos lo ocupamos resolviendo problemas, analizando, buscando un resultado, que no tiene de ninguna manera que ser perfecto, pero que si mantiene la cabeza ocupada.

    Sin tareas, el chico no entiende el valor del esfuerzo, del trabajo duro, de sentirse agradecido por su propio mérito, y no llega a entender que los problemas en la vida se superan, no se evaden.

    De nada sirve tener la libertad de disfrutar a quien amas, como lo venden los traficantes de tareas, porque un estudiante que compra su tarea, también lo hace para tener más tiempo en redes sociales, antes que compartir en vivo con otras personas.

    De nuevo, no hay que llegar a extremos, pero un niño o adolescente sin tareas, no va a responder igual que uno al que se le enseña en buena medida, que cumplir va a enriquecerlo mental y emocionalmente, a largo plazo.

    Queridos estudiantes, no tienes que ser perfecto, ni debes creerte falto de inteligencia. Aunque el profe te diga que debes dar el 100%, recuerda que el también es un mortal, que también fue estudiante y a lo mejor, también tuvo malas notas. Además él también está aprendiendo contigo.

    13 razones para hacer tareas

    Descubrí que la tarea, implica un lápiz afilado, libros gruesos y largos suspiros… Katherine Applegate ~ Escritora

    A estas alturas, de seguro, estarás refutando o argumentando que no es cierto lo que digo, que exagero, que te da igual, y seguirás pagando. Pero como dice el dicho: “Soldado advertido, no muere en guerra”.

    Ya te enteraste de las excusas, algunas de las consecuencias para no hacer tareas, ahora veamos las razones por las que sí que vale la pena hacerlas, que aplican a papás, docentes y estudiantes:

    1. La tarea NO es para el profesor, ni para complacerlo, ni para simpatizar con el. Es un ejercicio, no hay que temerle, pues no tiene que ser perfecto, y la nota tampoco debe presionar. En lo mucho o poco que se haga de ella, servirá para quien la hace, no para quien la paga, ni para el profesor.
    2. Refuerza habilidades o las desarrolla. En colegios y universidades, lo que más piden es escribir, para escribir, hay que leer. Quien lee, sabe expresarse bien, redactar bien y entiende bien.
    3. Se descubren habilidades que de otra forma no se habrían descubierto. Si no te gusta escribir y toca porque lo dejaron de tarea, a lo mejor te encuentras con que tienes una muy buena voz escrita. Recuerda que la práctica hace al maestro.
    4. Muestra las limitaciones. Alguien sabe que es malo en matemáticas o redactando, porque lo intentó. Si no se hace la tarea, nunca sabremos qué habrá para mejorar.
    5. Si crees que las tareas son para los nerdos, a lo mejor deberías ver a Bill Gates, uno de los nerds más ricos del mundo, que piensa que la gente debería tener cuidado con los nerds, porque podrían ser sus jefes.
    6. Hacer tareas enseña desde gestionar el tiempo y la responsabilidad hasta la organización y la priorización. Claves si quieres emprender o llegar a un buen puesto de trabajo.
    7. Mantienen la cabeza ocupada y la saca de la dependencia a las redes sociales. Empieza a mostrar, que se puede pensar por sí mismo y que el ritmo diario, no lo dictan las estrellas de Instagram ni YouTube.
    8. Cuando el estudiante sale a la vida laboral, cualquiera que sea, sabrá que cumplir con las tareas, es algo normal, porque en un empleo o como emprendedor, hay que hacer muchas tareas, y créeme, el dinero no es la única motivación.
    9. Ayudan a ayudar: si un estudiante nunca hace una tarea, va a ser más difícil que brinde un servicio en beneficio de otra persona, y no me refiero a traficar tareas, sino a servir desinteresadamente para salir del egoísmo.
    10. Ayudan a lidiar con el estrés y la presión, llevándolos a la tensión creativa. El estrés no es tan malo como lo pintan, de hecho, un poco de él hace que salgamos más rápido de las tareas.
    11. Si realmente se quiere criticar a los gobiernos, para que no pase como en mi país, que discuten de la situación, pero no tienen ni idea por qué están en desacuerdo. Entonces, las tareas ayudan a ir más allá, a argumentar, a calcular, a analizar.
    12. Son uno de los medios para valorar el dinero, no creas que porque papá y mamá te pagan estudiar, siempre vas a tenerlos para que te den todo, pensar eso es engañoso. Hacer tareas, sirve también como una herramienta de independencia.
    13. Las tareas son el medio más fácil para llegar preparado a un examen. Seguramente habrá que repasar solo un poco, porque con las tareas hechas, la memoria refuerza lo aprendido y llegas más rápido a las respuestas, la presión será menor al presentar el examen.

    Recuerda, que se vale pedir ayuda, una asesoría, despejar dudas, pero es diferente a que te hagan la tarea.

    Pero, ¿Y si me equivoco?" Will preguntó. Gilan echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír. '¿Un error? ¿Un error? Deberías tener mucha suerte. ¡Harás docenas! ¡Hice cuatro o cinco en mi primer día solo! Por supuesto que cometerás errores. Simplemente no hagas ninguno de ellos dos veces. Si arruinas las cosas, no intentes ocultarlo. No intentes racionalizarlo. Reconócelo y admítelo y aprende de él. Nunca dejamos de aprender, ninguno de nosotros". John Flanagan ~ El rescate de Erak

    Las recomendaciones de este artículo:


    Un libro que me encantaría comprar de Keri Smith, “Destroza este diario” que ya tiene varias versiones y su objetivo es incentivar la creatividad. A lo mejor ya lo conoces, me sigue pareciendo útil y divertido. No es para una edad específica y su objetivo es hacer una tarea diaria, para nada aburrida.



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